domingo, 2 de agosto de 2009

Comunicado de la Cancilleria venezolana del 30 de julio del presente




El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela manifiesta su indignación ante la irresponsabilidad con la cual el gobierno de la República de Colombia ha aniquilado los esfuerzos emprendidos por construir una relación binacional para beneficio de ambos pueblos, poniendo claramente en peligro la paz y la estabilidad de la región.

La acusación hecha al gobierno venezolano alrededor de un grupo de armas supuestamente incautadas a las FARC, y el comunicado del gobierno de Colombia emitido el 29 de julio de 2009, son la ilustración de la hipocresía con la cual actúan las autoridades colombianas cuando se trata de justificar la locura guerrerista que desarrollan a lo interno, y que se empeñan en imponer al resto de los países como única política regional.

El gobierno colombiano, rehuyendo a sus propias responsabilidades, quiere justificar la instalación en su territorio de hasta cinco bases militares de la principal potencia bélica mundial, alegando que tres lanzacohetes supuestamente propiedad del ejército venezolano habrían llegado a manos de un grupo irregular. Como de costumbre, el gobierno colombiano no explica cómo circulan en su territorio miles de armas en manos de grupos irregulares, sino que exige cínicamente al de Venezuela explicar el origen de tres de ellas. ¿Por qué no exigirle a los Estados Unidos o a Israel, ofrecer explicaciones de cómo miles de armas fabricadas en esos países están en manos de los ejércitos guerrilleros dentro de Colombia? Según el libreto ya bien trillado por la élite colombiana, los sesenta años de guerra interna no son responsabilidad de Colombia sino de sus países vecinos, con una particular preferencia por aquellos donde hoy gobiernan fuerzas de izquierda.

Si la oligarquía colombiana, ante su fracaso histórico de construir un país viable, ha tomado la deshonrosa decisión de entregarlo en comodato a los Estados Unidos, debe asumirla con claridad frente al pueblo de Colombia antes que escudarse detrás de pretextos absurdos. La Colombia de hoy, ocupada militarmente y regentada por una élite belicista, se ha constituido en un peligro latente para la región entera.

El gobierno venezolano ratifica su rechazo a esta grosera campaña, al tiempo que advierte que cada agresión del gobierno colombiano será respondida con medidas muy firmes. El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela reitera su llamado al pueblo de Colombia y a los gobiernos y pueblos de la región, a que juntos detengamos esta política belicista que pretende convertir a Suramérica toda en un área de violencia. Estamos a tiempo de detener la locura guerrerista de la élite que hoy gobierna Colombia.


Caracas, 30 de julio de 2009

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