martes, 10 de noviembre de 2009

Cuando las Palomas se tornan asesinas


La maquinaria sicológica (mediática) imperial, acostumbró a buena parte de la Humanidad, ha asimilar la política estadounidense, como una alternancia infinita y maldita entre bichos malos y bichos buenos, entre Halcones y Palomas; Jimmy Carter y Ronald Reagan, George Bush sr. y Bill Clinton, George “Cowboy” Bush jr. y Barack Hussein Obama. Los Halcones antecedieron o precedieron a las Palomas, y viceversa.


Pero al menos para Latinoamérica, esta alternancia maldita, jamás se ha cumplido, de hecho han sido las Palomas (con excepción de Carter), muchas veces, las “más diligentes” a la hora de recurrir al expediente negro en contra de algún proceso revolucionario latinoamericano, solo recordar el caso de J.F. Kennedy y su actitud frontal frente a la naciente revolución cubana, un Kennedy que fue el mismo que dijo: “cuando se le cierran el paso a las revoluciones pacificas, se le abren las puertas a la revolución violenta” (palabras más, palabras menos), como vemos solo una mentira (“El Arte de la Guerra, se basa en el engaño” Sun Tzu).

Barack Hussein Obama, esta destinado por la providencia a repetir este ciclo maldito (parafraseando a nuestro libertador Simón Bolívar), pero Barack Hussein, un hombre rebelde, se rehúsa a ser Paloma.

Acaba de recibir un Premio Nobel de la Paz, que si bien es cierto que ha sido entregado a prohombres y promujeres que de verdad se lo merecían, también ha sido entregado a energúmenos como el gringo-costarricense de Oscar Arias o al carnicero del Cono Sur, Henry Kissinger. Ahora se lo dan, a destiempo, a una Paloma que se rehúsa a ser Paloma. A su majestad Carlos Gustavo, le recomiendo que le de el próximo Nobel de la Paz a Álvaro Uribe, para que termine de embarrar con mierda el oro de la placa del Nobel.

Cuando las Palomas son asesinas… Barack Hussein, en el poco tiempo que tiene en el poder, ha configurado un escenario de lo más macabro. A dado continuidad a la Política Exterior de Bush jr., pero además le ha agregado su propio toque …sangriento.

A los pocos días de recibir el cargo, Barack Hussein autorizó el inicio de un nuevo frente de combate: Pakistán. Una aeronave no tripulada armada (UCAV, por sus siglas en ingles), impactó supuestamente en un campamento Taliban en el norte de Pakistán, matando supuestamente a lideres talibanes pakistaníes, pero claro, eso es como matar a dos choros en un cerro de Petare, aplastando todo el cerro, con mujeres y niños dentro. Desde entonces, estos ataques se han hecho regulares, y han obligado a los talibanes a reaccionar, y a que las fuerzas militares pakistaníes también se involucren.

Pese a los discursos bonitos acerca de la retirada de tropas yankis en Irak y Afganistán, la verdad es que más bien se han aumentado estas, y han aumentado los hechos violentos en estas sufridas tierras. Pero además la atribución que nadie les dio, de ir a llevar “democracia” (una “democracia” en letra minúscula, según lo que EE.UU. entiende por “democracia”) a estas naciones, tampoco lo han cumplido, y vemos que el fraude electoral es marca de fabrica yanki. No conformes con eso, Afganistán se ha convertido en el primer productor mundial de Opio, suficiente para abastecer a toda la feliz sociedad capitalista estadounidense. Un Opio celosamente resguardado por las tropas yankis y sus lacayos europeos.

Pero la Política Exterior yanki hacia Latinoamérica de las Palomas yankis (Palomas que no lo son, la verdad, valga el recordatorio), no ha cambiado en nada.

Barack Hussein se estrena en Latinoamérica, con un abrazo cual Judas Iscariote, a Zelaya, Chávez, Evo, Correa, Colom, Lugo y todos los demás presidentes que estuvieron en la Cumbre de Trinidad. Pero luego viene, traicioneramente, con senda puñalada en la maltratada espalda de Latinoamérica: Centroamérica, con un golpe de estado troglodita en Honduras, instalando en el poder a un mafioso, que encima es un político fascista, el popularmente conocido en los círculos narcos centroamericanos, como Goriletti.

Previamente, la Condolezza blanca, o sea su secretaria de estado, la “santacachona” de la Hilary, desarrolla una “diplomacia” tan sincera y franca, que admite una entrevista ante un sujeto involucrado en la masacre de los jesuitas en El Salvador (un tal Leopoldo Castillo), para un canal de mentiras venezolano, cuyos propietarios pertenecen a mafias israelíes, venezolanas, cubanomayameras y colombianas, pura joyitas pues.

Y no conforme con todo este "panorama diabólico" de mister Barack Hussein, confirma en el cargo al mismo secretario de defensa de Bush jr, Robert Gates, y este como criminal enfermo en un cuarto repleto de niños y mujeres, sacia su sed de sangre y guerra, desplegando todo un show de bases militares en Colombia y muy provablemente Panamá (haciendo añicos los esfuerzos de Carter y el general Torrijos, 25 años antes)

Pero como para asegurarse de que quede claro de que él no es una Paloma, designa a Philip Goldberg, el ex – embajador yanki en Bolivia, implicado en espionaje y acciones de desestabilización (implicado de hecho en las diversas masacres que cometieron las huestes fascistas instaladas al Sur de Bolivia), como Subsecretario Adjunto para Asuntos de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado, nada más y nada menos. A relevo de pruebas, confesión de partes. El vicepresidente boliviano, dice con mucha razón: “confirma que estábamos frente a una persona extremadamente peligrosa y cuya tarea aquí no tenía nada que ver con la diplomacia, tenía que ver con la conspiración y la inteligencia”.

Entonces, ante todo este cuadro de cosas, nos preguntamos: ¿Cuál cambio?...




J0SEFERNAND0
A los diez días del mes de noviembre de 2009


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